En momentos como estos es importante tener claro que la base fundamental de toda sociedad es la familia, en la cual podemos estar seguros y compartir los diferentes intereses personales.
Hoy en día muchas veces parece caer en saco roto, ya que las reuniones con padres, hermanos, abuelos o tíos, se ven opacadas por el tan famoso “avance tecnológico”, el cual es el “responsable” de que no se pueda sostener una conversación entre un padre y su hijo, puesto que cada uno vive sumergido en el mundo de su celular, y hacen lo que mejor les parece. Que más oportuno que aprovechar este espacio que para la sociedad ha sido inesperado y para muchos algo malo, convertirlo en un espacio donde se replantee la familia y su convivencia.
Volver al dialogo con los hijos, saber que les inquieta, que les gusta, retomar una buena relación con la pareja, y entrelazar nuevos lazos con los padres es algo que se necesita con urgencia.
No podemos olvidar que en cierto momento la familia saco en gran parte a Dios de toda esa relación y hoy día se nos está dando la oportunidad de fortalecer también esos vínculos espirituales y que podamos dar el lugar que Dios se merece en nuestro Hogar.
A partir de hoy date la oportunidad de escuchar a tu familia, mostrar afectos que estaban guardados en nuestro interior y que por culpa de las carreras no se podían mostrar.
Es el tiempo aprovéchalo.
Leer con atención .